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Sudáfrica - 5ª parte
urante el período de entreguerras comenzó a desarrollarse el nacionalismo afrikaner y con él el apartheid, que se institucionalizaría en los años cincuenta. Con la llegada al poder en 1948 del primer ministro Daniel François Malan, líder del partido nacionalista unificado, se reforzó progresivamente el sistema legislativo del apartheid, que prohibía los matrimonios mixtos, restringía las libertades de los negros y cancelaba, incluso, el derecho al voto de la comunidad oriental. Además se prohibió el comunismo y se declaró en 1949 la anexión unilateral de África del Sudoeste.
En1952 las cada vez más restrictivas medidas segregacionistas desembocaron en el primer movimiento de desobediencia civil de la población negra, impulsado por el Congreso Nacional Africano (ANC). En marzo de 1960 estalló una nueva protesta masiva de los negros en Shaperville y, en 1963, otra en Transkei, ambas violentamente reprimidas, con un saldo elevado de muertes. La ilegalización del ANC y el encarcelamiento de su líder, Nelson Mandela, condenado a cadena perpetua en 1964, no evitaron la masiva movilización antiapartheid, que culminaría con la matanza centenares de estudiantes de enseñanza secundaria de Soweto en 1976, sangrienta repetición de lo ocurrido en Shaperville unos años antes. Mientras tanto, las críticas de la comunidad internacional a esta política racista impulsaron un autorrepliege del gobierno de Pretoria, que convocó un referéndum en 1961 para salir de la Conmmonwealth y proclamar la República de Sudáfrica.Lapresión internacional, que pretendía el boicot a los productos sudafricanos, la ruptura de relaciones diplomáticas y la expulsión de este país de la ONU, no se concretó hasta 1977. En tal fecha se aprobó por primera vez una propuesta del organismo internacional, que consistía en llevar a cabo un embargo en la venta de armas a Sudáfrica. Pese a ello continuó la intervención de este país, en ocasiones en el plano militar, en la política de los países vecinos como Mozambique, Angola, Zimbabwe, Zambia y Namibia, que no obtuvo la independencia hasta 1990, así como en Botswana y en los reinos de Swazilandia y Lesotho; también se recrudecieron las medidas del apartheid, por lo que creció la crispación internacional respecto a Sudáfrica.
A principios de 1980, el gobierno encabezado por Pieter Willem Botha propugnó una nueva constitución, aprobada en 1983, en la que se permitía un cierto grado de representación parlamentaria a los indios y mestizos, pero no a los negros. Elegido Botha presidente incluyó en su gabinete a un indio y un mestizo como ministros sin cartera, pero siguió un período de fuerte inestabilidad política y tensas movilizaciones sociales, que desembocaron en la declaración del estado de emergencia en todo el país y en la retractación de las tímidas medidas antiapartheid adoptadas con anterioridad.La represión llegó a su punto culminante en 1988, con la prohibición de las actividades de numerosas organizaciones de la oposición y la detención de personalidades de la vida política y social, como la del arzobispo anglicano Desmond Tutu, Premio Nobel de la Paz. Paralelamente se produjo un endurecimiento de las sanciones económicas internacionales y, en 1989, Frederik W. De Klerk ganó las elecciones al frente del Partido Nacional con un programa basado en eliminar de forma gradual las diferencias entre blancos y negros. De Klerk legalizó el ANC y otras organizaciones políticas negras, puso en libertad a Nelson Mandela y anunció su intención de proclamar una nueva constitución. Tan novedosa situación no impidió la violencia política durante los últimos años, durante los cuales se contabilizaron más de 10 000 muertes en los enfrentamientos producidos hasta 1993.
Nelson Mandela jurando su cargo como Presidente de Sudáfrica
En enero de 1995 se descubrió un caso de corrupción en el departamento de policía, que puso a prueba el gobierno de unidad nacional, entre el ANC en el que participa el Partido Nacional. El ministerio de justicia descubrió pagos de indemnizaciones a la policía, en vísperas de las primeras elecciones democráticas de abril de 1995. A principios de 1995, el presidente Mandela procedió a la reorganización de los servicios de inteligencia y de seguridad.